Grey estaba cansado de estudiar aquellos libros lleno de información de medicina pero con el poco cerebro como para retener todo y menos entenderlo en su totalidad, aquella información era muy complicada y estaba en su punto de aculturación, se paseo por el parque con su libro de medicina en mano mirando como los pájaros cantaban un poco, la naturaleza era fantastica y ahí estaba en su esplendor pero eso no le sacaba el cansancio pero un cafe tal vez si, podía tomarse uno en casa pero su hermana le mandaría a hacer un par de cosas y cuando se de cuenta no solo estaría cansado física como mental, por lo que tenía que ir a un café, contando los billetes en su bolsillos sabía que tenía para tomar uno incluso presidencial por así decir, cerca de el un grupo de estudiantes pasó cerca suyo
-Viste ese Maid cafe de hace un rato?-
-Si, es estupuendo todos quieren ir por su buena fama-
-Ya me lo imagino chicas lindas en traje de sirvienta-
-Y dicen que el café es muy bueno, no son solo una cara bonita-
Y con eso Grey se decidió a donde ir, a los pocos minutos estaba en el dichoso Maid cafe, al entrar una bella choca de mi edad (17) me recibió
-Bienvenido, amo- me dijo con cara inocente
Parecía que ya entrar en aquel lugar valía el precio ya que se veía muy bien, mirando para todos lados la chica me dirigió a una mesa cerca de un hombre de aspecto universitario por la cantidad de hojas que había en su mesa.
Me sentía de espaldas a ese hombre y le pedía a la gentil chica que me traiga un cafe negro, la cual con una sonrisa de ángeles asintió con la cabeza y se retiró para cumpir su pedido, antes de sentarse bajo su libro hasta casi apoyarlo en la mesa y lo soltó haciendo un ruido "puuf" algo fuerte debido al peso del mismo